
Esta nota va para los indignados del mundo, que cada vez somos más.
Algo inevitable cuando todos y cada uno de los días del año se produce y reproduce ese atraco a mano armada, ese saqueo permanente con el que quienes tienen todo quieren apropiarse de más.
Ellos, los que todo lo tienen y siguen queriendo más, son los que mandan y deciden.
Donde necesitan guerras o golpes de estado, los arman con cualquier excusa y sin ningún remordimiento: es su oficio; donde no, en las supuestas democracias occidentales, en las que se nos vende la ilusión de que somos nosotros quienes decidimos quién gobernará nuestros destinos, aunque en realidad solo optamos, mediante los votos, por unos u otros de sus testaferros, ponen en marcha toda su maquinaria publicitaria, legal y represiva (esta última, cada vez con menos pudor) para hacerse con el botín que codician.
Algo inevitable cuando todos y cada uno de los días del año se produce y reproduce ese atraco a mano armada, ese saqueo permanente con el que quienes tienen todo quieren apropiarse de más.
Ellos, los que todo lo tienen y siguen queriendo más, son los que mandan y deciden.
Donde necesitan guerras o golpes de estado, los arman con cualquier excusa y sin ningún remordimiento: es su oficio; donde no, en las supuestas democracias occidentales, en las que se nos vende la ilusión de que somos nosotros quienes decidimos quién gobernará nuestros destinos, aunque en realidad solo optamos, mediante los votos, por unos u otros de sus testaferros, ponen en marcha toda su maquinaria publicitaria, legal y represiva (esta última, cada vez con menos pudor) para hacerse con el botín que codician.