Fabienne Bradu afirma en su artículo "El mito de Juan Rulfo" que el escritor mexicano “creó personajes que solo existen en cuanto voces, que son puro verbo. Su universo está exento de caras y descripciones ... El progreso de los manuscritos de Pedro Páramo muestra cómo Rulfo fue eliminando poco a poco su voz, las referencias históricas a la revolución y a la cristiada, la topografía original, la explicitación del pasado de sus personajes para arraigarlos en un presente cargado de razones y de peripecias, para en fin presentar la desesperanza no como producto de la violencia de los hombres, sino más bien como una condición humana”.
Traducido al criollo, textos en los que sumergirse, disfrutar y quedarse un rato pensando sobre la citada condición humana.
Tras el relato pueden ver la adaptación de este cuento al cómic que realizó Rafael Barajas Durán, alias El Fisgón, aparecida en la revista mexicana El Chamuco.
¡Diles que no me maten!, de Juan Rulfo
―¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad.
―No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti.
―Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de Dios.