lunes, 3 de diciembre de 2012

Noite nu norte, de Fabián Severo



Fabián es como ese árbol que a veces, recorriendo una ruta apartada, se advierte enraizado de forma inverosímil entre dos rocas; como ese arbusto que en primavera, vistiendo coloridas flores, se asoma por entre las piezas cuadrangulares del granito con el que se construyó una catedral.
Es ese punto verde que sorprende en el paisaje agreste o, al contrario, extremadamente solemne y recargado, lo que te hace detenerte y aparcar en la cuneta de la ruta o a la vera del templo para confirmar que lo visto no fue un espejismo.
Conjeturas entonces si fue el viento o el deambular errático de algún pájaro la causa de que se depositara en aquel lugar una semilla destinada genéticamente a desarrollarse en otros parajes menos adversos, y cómo sin embargo creció desafiando cualquier cálculo de probabilidades.
Había oído hablar de él, incluso había disfrutado los poemas que hoy reproduzco en esta página, pero tuve la suerte de conocerlo gracias al trabajo de Ale, porque Fabián es referente en Letras de ProArte.
Volviendo a esos poemas en portuñol que fueron para mí como su tarjeta de visita, en el mail con el que los distribuyó escribía:

“Estimados.
Comparto los poemas que leí ayer en “Poesía Viva por Chile”. Hacen parte de un libro inédito, Noite nu Norte, que va acumulando negativas de las editoriales. Sospecho que dormirá para siempre en la caja de zapatos, debajo de mi cama. Agradezco la amabilidad del público. Espero que disfruten.
Saludos cordiales, Fabián Severo”.

Afortunadamente, ese libro se publicó, primero en Ed. del Rincón (2011) y un año después, en edición bilingüe, por Ed. Rumbo. Tal volumen es "el responsable" de una de las dos menciones que ha conseguido Fabián en los Premios Anuales de Literatura, acá en el Uruguay. La otra, en la categoría de inéditos, ha sido por Camino de la soledad. Esta es la carta de agradecimiento que difundió por la red tras el premio:

“Queridos amigos, agradezco a todos por sus saludos y comparto con ustedes mi felicidad. Detrás de cada poema que escribí, está el recuerdo de una calle, un aroma, una voz, algún vecino contándome su historia, una niña peinando a su muñeca. Es impensable escribir un solo verso sin la ayuda de los libros, las canciones, las películas, las personas que conocí. Y nombrar a las personas que son “coautoras” de Noite nu Norte o de Camino de la soledad es imposible. 

Gustavo Esmoris
Pero quisiera agradecer especialmente a mi hermano Gustavo Esmoris por sus sugerencias, a Carmen Galusso por ver luz en mi “noite”, a mis compañeros del Taller de Escritura “El Rincón” que con sus textos y sugerencias me ayudan a escribir un poquito mejor, a los compañeros de Quipus por su esperanza, y a mis alumnos del liceo que con su creatividad e imaginación, me desafían día a día.

Fabián y Ernesto Díaz
Agradezco a la frontera, fuente inagotable, por recordarme de dónde soy. Agradezco a mi familia y a los amigos (algunos de ellos corrigen y reescriben mis poemas). A mi hermano Ernesto Díaz, el compositor contemporáneo más importante de nuestro país.

A Lau ―raíz y tronco de mi árbol― y a Julieta ―nuestro mejor poema.
Agradezco al Ministerio de Educación y Cultura y al jurado ―colegas que respeto y admiro― por la oportunidad.

A veces, creo que escribo para no morirme de tristeza y otras veces, porque extraño algo que no sé e intento encontrarlo en los versos. Pido disculpas a los lectores que no puedan encontrarse en mis poemas. Me gustaría escribir el libro más simple del mundo. Aún tengo cosas por decir”.

Fabián combina su espontaneidad esa que en ocasiones le dificulta extraordinariamente morderse la lengua en ambientes encorsetados y ante situaciones poco edificantes o directamente kafkianas con el saber que le dio su formación, no solo académica, y con un buen humor y un desparpajo a prueba de bomba que a veces adereza con una ironía no siempre cariñosa.

Yo no se purqué iscrevo ein portuñol. Tal ves yo posa incontrar alguien que mire asím, adentro mío, i mispilque porqué uno ase lo que ase. La vida de un ombre naum se pode comprender.

Río Cuareim. Edward Burress
Tal ves yo iscreva para no morirme de tristesa. Asvés me pasa, que yo toi mirando el sielo, de tardisiña, nesa ora quel sielo no parese sielo, i me entra uma dor de no saber nada de la vida. Intonse, agarro un lapis i voi dibujando numa oja esas imajen que viví o vi vivir o alguien me contó que vivió o soñé, purque um también tein direito a soñar aunque no teña con que.

En el liceo de Toledo (que no es mi pueblo sino una población uruguaya homónima a la mía natal) donde daba clases de Literatura, impulsó un proyecto del que ya se apropió la comunidad, y que consigue que cada año desde 2008 se edite un volumen con poemas y relatos de los alumnos.
Fabián se relame estos días no solo por las menciones antedichas sino porque se prepara para disfrutar de una beca anual de creación literaria que traerá como fruto, al menos, una novela.
Otro día volveremos para preguntarle sobre el portuñol de Artigas y el de Rivera, sobre sobre la frontera y sobre más cuestiones relacionadas con ese y otros temas, como el café que Laura compra en el Palacio del Café. De momento y antes de sus poemas, por si quieren saber más de él, les dejo el enlace de su página:


TRINTICUATRO

Mi madre falava mui bien, yo intendía.
Fabi andá faser los deber, yo fasía.
Fabi traseme meio litro de leite, yo trasía.
Desí pra doña Cora que amañá le pago, yo disía.
Deya iso gurí y yo deiyava.


Mas mi maestra no intendía.
Mandava cartas en mi caderno
todo con rojo (igualsito su cara) y asinava imbaiyo.

Mas mi madre no intendía.
Le iso pra mim hijo y yo leía.


Mas mi madre no intendía
Qué fiseste meu fío, te dise que te portaras bien
y yo me portava.


A historia se repitió por muintos mes.
Mi maestra iscrevía mas mi madre no intendía.
Mi maestra iscrevía mas mi madre no intendía.


Intonses serto día mi madre intendió y dise:
Meu fío, tu  terás que deiyá la iscola
y yo deiyé.


SETE

Archigas no tiene presidente.


DOSE

Artigas tevi um seu yeio distrela,
um río yeio de peiye,
um campo verde, asím de árbol,
uma terra briliante de pedra,
mas alguém levou tudo pra outru povo
y nos fiquemo seim nada.


SINCUENTISETE

Nos semo da frontera
como u sol qui nase alí tras us ucalito
y alumeia todo u día ensima du río
y vay durmí la despós da casa dus Rodrígues.


Da frontera como a lua
qui fas a noite cuasi día
deitando luar sobre as maryen del río.


Como el viento
que hase bailar las bandera,
como a yuva
qui leva us ranyo deles yunto con los nuestro.


Todos nos semo da frontera,
como eses pásaro avuando de la pra qui,
cantando um idioma que todos intende.


Viemos da frontera,
vamo pra frontera,
como us avó y nosos filio,
cumendo el pan que u diabo amasó,
sofrendo neste fin de mundo.


Nos semo da frontera
mas que cualqué río
mas que cualqué ponte.

1 comentario:

  1. MIL GRACIAS ! MIL GRACIAS ! La Bélgica poética le saluda.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...