A veces los utilizo como disparador para tratar o desarrollar algún tema, pero la mayoría de las veces son un simple hito en el camino que, además, permite que los talleristas, sobre todo si son muy jóvenes, se "empapen" fácilmente y sin sentir que lo están haciendo de lo que es un relato.
Por eso llevo siempre en mi mochila una batería con más de trescientos de estos cuentos, para elegir en cada ocasión los más adecuados.
Tengo que reconocer que muchos de ellos no tienen un gran valor literario, y que algunos son poco más que una anécdota, pero cuando los utilizo su valor es lo que menos me importa, porque hay tiempos y momentos en los que importan más otras cuestiones.
Casi al azar elegí hoy trece de ellos, que aunque son muy conocidos y casi todos los habrán leído, siguen siendo plenamente disfrutables.
Amor eterno

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu. Tomados de la mano, iban Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
-Nos amamos -empezó el joven.
-Y nos vamos a casar -dijo ella.