Mayte en la última Feria del Libro de Madrid |
Su especialidad (la de Mayte) y donde mejor se desenvuelve son los microrrelatos, una especialidad que a mí me parece muy difícil porque es como concentrar en un pequeño frasco el contenido de toda una barrica. Por cierto, es una apuesta segura seguir sus consejos a la hora de elegir el vino en una cena o cuando se sale de copas.
Fuente Agria, Puertollano |
Excelente pintora e inmejorable
anfitriona, nada más entrar a su casa te das cuenta de que no por casualidad cursó
Interiorismo.
Lluvia en la plaza de Zocodover de Toledo, muy cerca de la casa de Mayte. laalcazaba.org |
Recientemente
le otorgaron el Premio Vivencias (2.400 participantes), y su relato Mi primer viaje a Madrid saldrá
publicado en la "VI Antología de Vivencias" de la editorial Orola. También
se llevó el Concurso de Microrrelatos de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, con
Nada será igual que ayer, sobre el
terremoto de Lorca.
Curiosamente, sus primeros premios no han sido publicados, así que cuando ella quiera los veremos aquí.
Curiosamente, sus primeros premios no han sido publicados, así que cuando ella quiera los veremos aquí.
Les
propongo disfrutar algunos de sus micros:
El fabuloso mundo del circo
septimoartevintage.com |
Mis padres, fanáticos del cine, acudieron a la Vega por el anuncio que
publicó el diario El Alcázar con el
fin de recopilar extras. Y a mí me llevaron en brazos a ver lo que de fastuoso
tenía aquello. Parece que lo que más me atrajo fueron los tigres y leones, que
poco después usaron para la cabalgata de Reyes, la más lucida de la capital.
Lástima que no se estilara llevar una cámara fotográfica para
inmortalizar mis cinco minutos de gloria. Así me habríais creído siempre que lo
cuento, y hubiese evitado el escribirlo y publicarlo.
Juan Ramón, el meticuloso
joaquimmunte.blogspot.com |
Se podía decir que el argumento de su
vida era la pulcritud, lo equilibrado, lo derecho… En inculcar a su becario la
idealización de la verdad era inflexible. Y en sus juicios siempre prevalecía
un valor moral. Atosigaba a familiares y colegas ordenando legajos, y
obstinándose en colocar objetos. Unas vacaciones se ennovió con una china, pero
fue un sufrimiento y tuvo que adelantar su regreso; por no soportar el desorden
y el tumulto en el país de su amada. En su testamento pidió la exacta alineación
de su féretro con la ventana y que ésta permaneciera abierta. Fue así como se
colaron las palomas y le cubrieron de excrementos su correctísima toga, hasta
las mismas puñetas. Cuando los empleados de la funeraria cerraron la tapa, no
dieron importancia a que la escoria le acompañase por siempre.
Pasen y vean
spainsteelers.blogspot.com |
La corbata no era lo único que le
ahogaba. Un alegato le tenía absorbido el coco. Aquella tarde decidió tomársela
libre. Cogidos de la mano, y al paso de tortuga de su hijo, se dirigieron a las
gradas donde mejor se viera el espectáculo; cerca de la arena y lejos de su
último caso. Disfrutaron embelesados. Al terminar la función la lluvia mojó las
piernecitas y los calcetines del niño, y a él se le aguó la fantasía, esa que
durante dos horas no tuvo límite. Sintió un indicio de ansiedad de la que no
podía defenderse. Después, con paso triste, se dirigió a su limitado bufete. Y
allí lo encontró la exmujer el día que no acudió a recoger su hijo. El
teléfono seguía sonando, y él, enterrado entre expedientes yacía sobre el
escritorio presidido por la foto de su boda. Tenía una bola roja encajada en la
nariz.
Cortejo
originalcomplement.com |
Ella llamó mi atención. Bajo su vestido
se transparentaba el cuerpo de sardina gorda que los años le habían adjudicado.
Mi moral, adquirida en el tiempo de monaguillo, se sintió ofendida. Entonces vi
que la seguía un excliente, lo reconocí por el paraguas y el bombín. Aquél, al que ante el tribunal el fiscal acusó de violador y yo defendí demostrando en el
interrogatorio su inocencia. Él, aceleraba el paso hacia un descampado, al
ritmo del bamboleo del trasero de la señora. No tenía tiempo; pero mi sentido
de la Justicia me obligó a perseguirles soportando el peso de numerosos
documentos en la cartera. Ante mis atónitos ojos de letrado provinciano, le
arrancó el vestido derribándola. Corrí hacia ellos para evitar la consumación.
Grité levantando la mano, y con su nombre en la punta de la lengua llegué para
escuchar: “Roberto querido, cada vez son más insólitos nuestros encuentros
sexuales”.
Mi primer viaje a Madrid
“Descendieron cuatro aurigas del cielo.
Venían dispuestos a pasearse por un prado y se encontraron con Madrid
construido. Frenaron sus cuadrigas. Uno aterrizó en Recoletos, en la terraza del edificio Aurora Polar. Otro en la
cumbre del Arco de la Moncloa. Y dos, tras esquivar a un Ave Fénix conducido
por un apuesto joven en la Gran Vía, se posaron en lo alto de ambas torres del
antiguo Banco de Bilbao”.
Mi padre señalaba arriba con una mano,
con la otra agarraba la mía y, agachado a mi altura, me relató esta historia en
la misma calle Alcalá.
Minerva, desde la azotea del Circulo
Bellas Artes, miró con desdén hacia los mortales, que con los pies cosidos al
asfalto ignorábamos los dominios de otros veintinueve colosos.
Ya amaba Madrid cuando desde Atocha me
dijo adiós Pegaso coronando el Ministerio de Agricultura. Nosotros,
regresábamos al tedio de nuestro pueblo.
Exquisito, Antonio. La presentación de nuestra compañera Mayte, y la hechura de sus micros, especialidad en la que se mueve como el pez en el agua; queda demostrado.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos; virtual para ti, aunque no menos fuerte, y en vivo para ella, que la tenemos aquí al lado.
Conso
Muchas gracias por las flores, amigo. ¡Un fuerte abrazo desde este lado del charco!
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